La Dirección general de tecnología de la información y comunicación de las fuerzas armadas ha desatado una alerta roja en Paraguay tras confirmar un devastador ciberataque que ha afectado a Tigo Business, uno de los pilares de las telecomunicaciones en el país. El ransomware del grupo Black Hunt ha dejado una estela de caos, con más de 300 empresas asociadas enfrentando repercusiones catastróficas.

El corazón de este ciberataque es Tigo Business. Con su infraestructura comprometida, el impacto se ha sentido de manera aguda en empresas de diversos sectores. Desde hospitales hasta instituciones financieras y centros de investigación, la parálisis digital ha desencadenado una serie de desafíos operativos y financieros sin precedentes.

Este ransomware no es una amenaza típica. Black Hunt ha demostrado ser una entidad evolutiva, adaptándose y superando las defensas tradicionales. Su capacidad para cifrar datos críticos, incluyendo archivos esenciales, imágenes, videos y más, ha elevado las apuestas, dejando a las organizaciones en una situación precaria.

Las autoridades paraguayas, en colaboración con expertos en ciberseguridad, están en modo de respuesta activa. Se están implementando estrategias de mitigación, análisis forense y restauración de datos. Pero la recuperación es un proceso que va más allá de la simple restauración de archivos; implica reconstruir confianzas, fortalecer defensas y reevaluar estrategias de ciberseguridad.

El ataque subraya la necesidad urgente de que las empresas paraguayas, y de hecho, las de todo el mundo, prioricen la ciberseguridad. Las inversiones en tecnologías de defensa avanzadas, capacitación de personal y planes de respuesta a incidentes son imperativas. Además, se requiere una mayor colaboración entre el sector público y privado para compartir inteligencia, mejores prácticas y recursos.

Paraguay no está solo en esta lucha. El ciberespacio global es un campo de batalla donde las amenazas se multiplican y evolucionan. Las organizaciones deben adoptar un enfoque proactivo, invirtiendo en herramientas, formación y cultura de ciberseguridad.

El ataque de Black Hunt en Paraguay es un recordatorio contundente de la imperante necesidad de elevar las defensas cibernéticas. Mientras el país se recupera y reconstruye, el mundo observa, reafirmando la realidad de que la ciberseguridad es una responsabilidad colectiva que requiere vigilancia, inversión y colaboración constantes.

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