¿Has oído hablar de la Arquitectura OSI?

Es una forma de explicar cómo funciona internet, dividiéndolo todo en capas, desde los cables y dispositivos físicos hasta las aplicaciones que usamos en nuestro día a día.

Ahora, imagina mirar estas capas como si fueran pisos de un edificio. Cada piso tiene su función, pero también puede esconder riesgos. Y aquí viene lo interesante: el mismo modelo que explica la tecnología también puede ayudarnos a entender los delitos digitales.

Capa física: hablamos de sabotaje de hardware y acceso físico a equipos – un crimen tan “analógico” como moderno.

Capa de red: ataques como DDoS e IP spoofing muestran cómo la infraestructura puede usarse para interrumpir servicios u ocultar identidades.

Capa de aplicación: aquí encontramos el phishing, el ransomware e incluso delitos de captación de menores en línea.

Lo más curioso es ver cómo los delitos digitales pueden ser “puros” (que solo existen en el entorno online) o “mixtos” (cuando internet se usa como medio para delitos que ya conocemos en el mundo real).

¿Y la ley en todo esto?

La conexión entre los ataques y los marcos jurídicos también llama la atención. Cada ejemplo técnico puede encuadrarse en tipos penales ya previstos, como estafa, falsedad ideológica o asociación criminal, pero también en legislaciones específicas, como la Ley Carolina Dieckmann o la Ley de Interceptación de Comunicaciones.

Esto refuerza un punto clave: la tecnología avanza rápido, pero el Derecho debe caminar a la par para responder a las nuevas formas de criminalidad. Depende de nosotros entender esta dinámica para proteger a las personas y a las organizaciones.

Más que técnica, es educación

Podemos hablar de firewalls, contraseñas seguras y autenticación multifactor (¡todas esenciales!), pero el punto central sigue siendo la educación digital.

🔒 Informar, conversar y compartir conocimiento son pasos simples que marcan toda la diferencia en la prevención.

Una invitación a reflexionar

Internet está hecha de capas. El cibercrimen también. Y nosotros, como sociedad, necesitamos aprender a movernos entre ellas con seguridad y conciencia.

Al fin y al cabo, la ciberseguridad no es solo un tema de especialistas – atraviesa nuestra vida cotidiana, nuestras relaciones e incluso la forma en que entendemos el mundo conectado.

👉 Y tú, ¿habías pensado que cada clic tuyo puede estar recorriendo varias capas antes de llegar a su destino? ¿Qué crees que podemos hacer, juntos, para fortalecer la seguridad digital?